Gallegas en el poder local
SE acaba de cumplir un año de la emergencia del #Metoo, movimiento nacido en Hollywood para denunciar el abuso y el acoso sexual. Sus ecos han sido intensos en una España que ya había vivido un #8M con movilizaciones inéditas así como la furia masiva contra el fallo en el caso La Manada. El Gobierno surgido de la moción de censura se subió a la ola. Constituyó un Ejecutivo que se califica a sí mismo como “feminista”, no solo por su cantidad de ministras sino por la pretendida orientación de sus políticas.
En ese ámbito, si bien la academia ha avanzado en estudiar las vías de acceso al poder de las mujeres y la necesidad de mecanismos como las cuotas para enfrentar los obstáculos, menos se ha explorado acerca de lo que sucede, una vez que acceden a él. No se trata de interrogarse tanto acerca de si usan el poder para promover los intereses de sus congéneres, en línea con la representación sustantiva, sino cómo hacen para mantenerse y proyectarse en él. Factores como las listas cerradas y, ya dentro de la política, la inexistencia de limitación a los mandatos, aparecen como facilitadores, pero no lo explican todo.
Las elecciones municipales que tendrán lugar el próximo 26 de mayo de 2019 serán un importante test de los avances del #Metoo, específicamente para los partidos y su compromiso con la igualdad de género. Ello debiera traducirse, tanto en los programas electorales como en la cantidad de candidatas en las listas, sobre todo en puestos de salida.
Galicia ilustra bien la brecha de género en este ámbito. Somos la segunda comunidad con menor porcentaje de alcaldesas. Se nos dice que es la cifra más alta de nuestra historia pero no llegamos al 15 %, siendo la media nacional 20 %. Aunque el número de concejalas es cada vez más elevado, no logra trasladarse en las alcaldías. De las siete grandes ciudades, solo una tiene una mujer a su cabeza.
Ciudadanos ha anunciado que, en Galicia, serán mujeres sus principales cabezas de cartel en dos ciudades: Lugo y Santiago. No serán, seguramente, serán las únicas. No debe haber límites al talento y las mujeres están cada vez más preparadas. Se trata de una apuesta que va en la dirección correcta.