La promesa postergada de Bachelet
El actual gabinete de la Mandataria tiene un 35% de presencia femenina, la más baja en la historia de los equipos ministeriales de Bachelet. La fallida promesa de paridad realizada por la Presidenta cobró relevancia tras las críticas a la conformación del Consejo de Observadores Ciudadanos del proceso constituyente.
por F. Miranda y T. Palma
Una serie de visitas a distintas ciudades del país -este fin de semana los lugares elegidos fueron distintas comunas en la Región del Biobío- ocupan la agenda de la vicepresidenta de RN, Paulina Núñez, y la también diputada Marcela Sabat.
Desde hace semanas que ambas parlamentarias se han dado a la tarea de organizar encuentros con dirigentas y simpatizantes de la colectividad para incrementar el número de postulantes femeninas en las próximas elecciones municipales y parlamentarias.
Los esfuerzos de Núñez y Sabat están lejos de constituir un caso aislado. En un escenario de desconfianza generalizada en la política, los distintos partidos están obligados por ley a asumir un nuevo desafío con miras a las parlamentarias de 2017: la entrada en vigencia de las cuotas mínimas de participación de las mujeres que establece que las colectividades deben, al menos, contar con un 40% de representación femenina en sus candidaturas.
La nueva normativa ha obligado a las directivas a adelantar la búsqueda de potenciales postulantes y no son pocos los partidos que abrirán el escenario de los comicios municipales -donde no se obliga a una cuota femenina específica- como una suerte de marcha blanca para perfilar candidatas.
Uno de estos casos es el del PPD, partido en el que existe una regulación interna que obliga la presentación de cartas femeninas. La semana pasada, el secretario general Oscar Santelices entregó a la directiva que preside Jaime Quintana una lista preliminar de 25 militantes PPD que podrían presentarse en las futuras elecciones, algunas de las cuales hay que contactar para que evalúen la oferta.
Las gestiones en los partidos -que replican los esfuerzos que se dan en RN y el PPD- ocurren en medio de una molestia cada vez más generalizada, particularmente en el oficialismo, porque el esfuerzo que les demanda la ley de cuotas no se condice con el interés del gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet por aumentar la presencia femenina en el Ejecutivo, al punto que el actual gabinete que encabeza el titular de Interior, Jorge Burgos, registra la menor proporción de ministras -alcanzando un 35%- de la historia de los equipos ministeriales conformados por la Mandataria en sus dos períodos.
“La escasa proporción de mujeres en todas las instancias definidas por el gobierno en 2015 no es consistente con el compromiso que demostró el Parlamento para asegurar en los elencos de candidatos en 2017 a lo menos un 40% de mujeres”, señala el experto electoral y ex presidente PPD Pepe Auth.
El último estallido
Hace 10 días, Bachelet presentó al denominado Consejo Ciudadano de Observadores, encargado de supervisar el proceso para la creación de una nueva Constitución.
La convocatoria a tres mujeres -la periodista Cecilia Rovaretti, la artista Juanita Parra y la presidenta de la Federación Nacional de Sindicatos de Trabajadoras de Casa Particular, Ruth Olate- en una instancia de 17 integrantes que cumplirá un rol clave en el desarrollo de la reforma más ambiciosa planteada por la Mandataria, desató fuertes críticas. Esto, al punto que colaboradores del Ejecutivo, como la cientista política Marcela Ríos, también manifestaron públicamente su malestar.
“Hicimos una crítica por el nombramiento del Consejo de Observadores Ciudadanos, porque nos pareció poco coherente que habiendo favorecido el principio de paridad en la reforma electoral, no estuviera la paridad como un principio rector de este camino hacia una nueva Constitución, donde las mujeres tenemos que estar presentes”, afirmó la directora ejecutiva de Comunidad Mujer, Alejandra Sepúlveda.
Los cuestionamientos -a los que se sumaron varias agrupaciones femeninas- constituyen una señal inédita para Bachelet, quien no sólo fue la primera Presidenta de la República, sino que, además, debutó en La Moneda con un gabinete con presencia de 50% de mujeres y un compromiso explícito por la paridad.
“Esto es un paso histórico en materia de igualdad”, afirmó Bachelet al presentar su primer equipo ministerial, con 10 hombres y 10 mujeres, en marzo de 2006. Poco menos de ocho años después, en marzo de 2014, al asumir su segundo mandato de gobierno, la Presidenta dio espontáneas explicaciones por este tema. “Quiero decir sí, que me hubiera gustado que este equipo fuera totalmente paritario. Claramente, no ha sido así, pero representa un tremendo desafío que tenemos como país y es la incorporación de un mayor número de mujeres a cargos de alta responsabilidad y, por cierto, en los partidos políticos”, señaló.
La inesperada arremetida de críticas por la conformación del Consejo de Observadores Ciudadanos golpeó a la Mandataria y su entorno más cercano, al punto que no se descarta que en las próximas semanas se sume a más mujeres a la instancia coordinada por el abogado Patricio Zapata.
“El consejo no está cerrado, por lo que si entran otras personas, se espera que sean mujeres las que se incorporen. Alguien dijo que para estar como observadores no se necesitan más mujeres, pero creo que sí se necesitan, porque nosotras somos más minuciosas al mirar y participar. Como ente fiscalizador es importante que estemos presentes como género representadas en este proceso”, afirma Ruth Olate.
Y es que los cuestionamientos pusieron sobre el tapete un debate que se mantenía soterrado en el oficialismo, como es la paulatina disminución de la presencia femenina en el Ejecutivo durante el segundo mandato de Bachelet.
“Cuesta creer que la persona más poderosa de Chile y proveniente de liderar ONU Mujeres, el 11 de marzo de 2014 no pudiera concretar la paridad en el Ejecutivo. Esto hace pensar que, al menos en este tema, los partidos tienen más poder del que se piensa. Si es así, quizás por ello la Presidenta recurre a su espacio de confort que es el Segundo Piso y se rodea allí de mujeres, donde los partidos no pueden llegar”, sostiene la presidenta de Hay Mujeres, María de los Angeles Fernández.
Y es que -aunque a nivel de gabinete, intendencias e incluso conformación de distintas comisiones de trabajo- Bachelet no ha cumplido sus propias expectativas de paridad, su círculo más estrecho en La Moneda continúa siendo integrado mayoritariamente por mujeres, entre ellas su jefa de gabinete, Ana Lya Uriarte, y su jefa de prensa, Haydée Rojas.
Con todo, pese a una administración marcada por la promulgación del próximo Ministerio de la Mujer y Equidad de Género y el compromiso de que para el 2018 el 40% de los directorios de empresas estatales estará compuesto por mujeres, los temas de género no han tenido el mismo acento para la actual administración, como fue durante el primer mandato de Bachelet.
Compromiso olvidado
Frente a representantes internacionales y rememorando sus tiempos de discursos en la sede de la ONU en Nueva York, Bachelet afirmó en la Estación Mapocho en marzo de este año que como país debemos “lograr la paridad total de género y empoderamiento de la mujer y la equidad en 2030, así como lograr la paridad de sueldos entre hombres y mujeres”.
Los aplausos ese día se desataron de inmediato y la Mandataría marcó con ese compromiso la cumbre que junto a ONU Mujeres organizó la Cancillería bajo la atenta mirada de representantes de más de 60 países.
Según un estudio de ONU Mujeres realizado en 2014 -misma entidad que Bachelet dirigió entre 2010 y 2013-, la actual presencia de mujeres en cargos ministeriales ubica a Chile junto a países como Ruanda, Burundí y Haití, mientras que en 2006 -cuando la actual Mandataria debutó en el poder- los niveles de representatividad eran destacados internacionalmente.
“Por primera vez en Chile, en ese primer gobierno presidido por una mujer, la presencia en igual proporción que hombres de ministras, subsecretarias e intendentas, permitió visibilizar la igualdad de género al más alto nivel del Poder Ejecutivo”, dice la ex ministra Clarisa Hardy.
Hardy atribuye el retroceso de los niveles de paridad a nivel ministerial a los dirigentes de la Nueva Mayoría. “Los partidos reaccionaron como si el gobierno hubiera optado por prescindir de ellos y, por supuesto, eso le costó muchos dolores de cabeza al Ejecutivo. El resultado fue que, junto con los cambios de gabinete para recomponer las relaciones del gobierno con su coalición, fue mermando la paridad, forzado el gobierno a tener gobernabilidad”, asegura la ex ministra de Planificación, quien también afirma que “el ambicioso programa de cambios estructurales con el que asume la Presidenta Bachelet y, asimismo, el esfuerzo por incorporar nuevos rostros más jóvenes dificultaron que la paridad reapareciera con la misma carga simbólica y efectiva del primer gobierno”.
Según las cifras (ver infografía y tabla), desde marzo de 2006 la representación de mujeres en el primer gabinete ministerial de Michelle Bachelet descendió de un 50% a un 45% al término del primer gobierno, pero el descenso es aún mayor si se considera el 34,7% de presencia femenina que existe hoy en el gabinete.
En el caso de las intendencias, en tanto, la paridad ha tenido una disminución permanente. Si el año 2006 había un 48% de gobernadoras regionales designadas, en la actualidad esta cifra asciende a 13% de representación femenina en los gobiernos regionales. Mientras, según pudo constatar Reportajes, en el caso de las subsecretarías, si en el año 2006 existía la mitad de representación femenina en estos espacios, actualmente la proporción es de 38% y en las comisiones convocadas por el gobierno -con excepción de la de Discapacidad- ninguna alcanza el 35% de presencia de mujeres.
Publicado en La Tercera el 13/12/2015