“Estamos viendo una Presidenta herida en el alma”
Prefiere hablar de “vacío de confianza” y advierte que “es muy llamativo que (la gobernante) asuma un segundo mandato con un estilo y un discurso tan distinto a su primer mandato”.
Por Ángela Chávez M.
Hace menos de una semana que María de los Ángeles Fernández, dejó el Ministerio Secretaría General de la Presidencia (Segpres). De ahí la soltura con que la analista política aborda la contingencia y profundiza en los motivos que explicarían el mal momento de la Presidenta.
La fundadora de H@y_Mujeres también dedica parte de su tiempo a presidir provisoriamente -junto a Nicolás Shea- el movimiento “Tod@s”.
– ¿Cómo describe el actual momento de la política?
– Este es un país que trata de buscar en quien creer y confiar. Nunca en la historia política reciente había estado instalada la necesidad de confianza. Ahora, no digamos que la confianza se viene abajo de golpe y porrazo, llevo 30 años en Chile y la relación de las personas siempre ha estado muy marcada por la desconfianza, la encuesta Ecosocial de la OCDE muestra que los chilenos confían uno del otro en un 13%, y el promedio es más del 50%. El problema es que por lo menos había una base de confianza hacia las instituciones y, cuando eso empieza a desmoronarse, tenías una última reserva que era la presidenta Michelle Bachelet y hoy no está. Entonces, hay un vacío, los analistas hablan de un vacío de poder, a mí me gusta más hablar de un vacío de confianza. Hablan de un vacío de poder para decir que ella no está ejerciendo el liderazgo presidencial. Ese nunca fue el estilo de ella y durante su primer mandato gobernó, supo sortear los obstáculos y terminó muy bien. Todo el mundo confiaba en ella, pero eso también cayó.
– ¿Qué factores explican esta situación?
– Son múltiples. Pero en un país tan presidencialista como Chile, lamentablemente el Alfa y el Omega es el Presidente, si tuviéramos otro régimen político las responsabilidades estarían más compartidas. En primer lugar, es muy llamativo que asuma un segundo mandato con un estilo y un discurso tan distinto a su primer mandato, se ha dicho mucho que la presidenta Bachelet que aparece en este segundo mandato es más ideológica, que salió su alma de izquierda. Ese vacío tiene que ver con un estilo, una manera de hacer las cosas. Ella abandonó algo que le dio bastante éxito en su primer mandato, las comisiones, un estilo dialogante, más participativo, lo llamó el liderazgo femenino. Segundo, si somos coherentes con el discurso de una sociedad empoderada, ésta no espera la próxima elección para manifestar su repudio o su demanda. Y luego hay un tema relacionado con sus propias decisiones políticas. Ella decidió poner a su hijo en ese cargo, lo que venía a contradecir una imagen de sobriedad política que había levantado y de alguna manera se expuso.
– ¿Cómo salir de esta crisis? Cuándo ya se recurrió a un profundo cambio de gabinete y al realismo sin renuncia.
– Nadie puede decir que no ha hecho cambios, aparentemente radicales, pero no es suficiente. Cuál ha sido la lógica: apelemos a los experimentados en política, al ministro Brugos, pero algo pasa. Quizás los tiempos necesitan otro tipo de dinámica o instrumentos. Se necesita mayor creatividad política; hay que hacer un esfuerzo porque los métodos del pasado no están dando resultado, todo lo que tiene que ver con la coordinación política falla. Desde que se instaló el gobierno, cada cierto tiempo, se ensaya una nueva manera de coordinación política, pero ninguna da resultado. También pasa por otros elementos: en esta coalición, que es la Concertación más tres partidos que se sumaron en cuestión de meses, falta el animus societatis, un espíritu de sociabilidad, se siguen usando los métodos del pasado. Hay otro elemento, no te puedes parar frente a la población a decir que confíen en tí cuando ha trascendido que tienes un estilo en que no confías en nadie.
– ¿Qué tan preocupante es tener una adhesión tan baja, en un contexto económico complejo?
– No quiero caer en el mal de muchos consuelo de tontos, pero es muy difícil esperar grandes porcentajes de adhesión, porque en general los líderes políticos de occidente ninguno muestra eso. El presidente Piñera también llegó a tener tasas muy bajas de aprobación, se llegó a hablar de deflación presidencial. Dicho esto, mientras tenemos un régimen presidencial, es importante que la persona que conduce el país tenga unos niveles aceptables de apoyo. El tema de la desaceleración económica pasa por empezar a generar puentes de confianza. Se habla mucho de la alianza público-privada, pero algo pasa que hay una lentitud para que se correspondan las apelaciones con la práctica. Hay que generar los mecanismos, hay que buscar personas que tengan disposición a la conversación, al acuerdo. Los ministros Burgos y Valdés algo están tratando y no se puede decir que porque esas personas tengan esa disposición es que están entrando a una cocinería. Las sociedades no funcionan en base a la crispación y enemistad permanente, hay cosas en las que hay que buscar acuerdos. Ese es el gran desafío que tiene Chile, no podemos volver a los acuerdos cupulares del pasado, pero necesitamos alguna fórmula de acuerdo, sobre todo para reformas que trascienden tu período de gobierno.
– Una Presidenta con mala evaluación, más una coalición con altos índices de desaprobación, no se ve un panorama muy alentador.
– No estoy de acuerdo con los que hablan de la sucesión anticipada. Tenemos que poner las cosas en perspectiva, el año del Transantiago todo el mundo se estaba haciendo el harakiri; después vino la crisis financiera internacional y ella supo encontrar en eso una oportunidad. Quedan todavía dos años y medio, lo que pasa es que en este minuto estamos viendo una Presidenta herida en el alma, en lo más emotivo y tiene que ver con las acciones de su hijo, donde además es muy difícil que no esté en esa situación porque cuando se dice que la Presidenta tiene que despojarse de su condición de madre, no, las mujeres no nos disociamos, no tenemos esa cuestión del hombre de dejar las emociones aparcadas en casa.
– ¿Pero ella tiene una responsabilidad superior?
– Sí, pero tiene un dolor que es muy difícil de disimular. La responsabilidad no tiene que ver con decir que esto me duele como madre, si no antes, de haber puesto a su hijo ahí.
– ¿Hay que detener o reformular las reformas?
– Aquí hay un tema que tiene que ver con la narrativa. No creo que los problemas de un gobierno se expliquen por su relato, por el discurso del líder, pero nos está faltando. Falta relato en términos del líder que se para frente a la población, explica los problemas que hay y orienta una visión. Y no falta a partir del caso Caval, faltó de antes. Ella empezó a tener sus problemas de aprobación en el segundo semestre (2014) cuando se empezó a ver que estas reformas a la ciudadanía no le encajaban. Lo del caso Caval terminó por rematar. Entonces, hay que explicar muy bien, se necesita una pedagogía muy clara. Siempre me acuerdo de Ricardo Lagos, en el libro “Yo Presidente”, dice que el presidente de la República es el jefe de Estado, jefe de gobierno, jefe de la coalición y el gran comunicador. Y ¡por Dios! que lo tiene claro, en esta ausencia de narrativa él llega y lo llena, porque hay una búsqueda de explicaciones.
ME-O Y OSSANDÓN “NO SON POPULISTAS”
– ¿Ve asomos de liderazgos populistas, hay quienes acusan a ME-O y a Manuel José Ossandón de populismo?
– No lo veo. Eso no quiere decir que Chile esté vacunado. La palabra populista se usa con mucha elasticidad y cuando algo no te gusta dices que es populista. Ellos tienen estilos, los dos se parecen mucho porque son como díscolos, rupturistas en una cultura política donde hay un lenguaje muy cuidado, muy elusivo y subliminal, que dices cosas pero que no se terminan de decir. Ellos son sin anestesia y dicen lo que dicen, no son populistas. En los dos casos, ME-O trata de construir partidos y Ossandón tendrá que ir a unas primarias en la derecha, porque está claro que en este país sin un partido, sin infantería no puedes hacer nada. En Chile la gente no confía en los partidos, pero cuando se les pregunta si los partidos son necesarios todavía los siguen considerando necesarios, el minuto que eso se rompa ahí tenemos que preocuparnos. Por eso se ve que Fuerza Pública se va a convertir en partido, Revolución Democrática también, la política institucional en Chile todavía sigue teniendo un gran imán y fue lo que atrajo a los líderes estudiantiles.
LAGOS “EVENTUALMENTE SIEMPRE ES UNA OPCIÓN”
– ¿Cree que el ex presidente Lagos puede ser una carta para las próximas elecciones?
– Lagos eventualmente siempre es una opción. No creo que haya irrumpido de manera excepcional mientras ella estaba de viaje, el presidente Lagos ha estado siempre, va y viene. Ya irrumpió el año pasado en Icare diciendo que había que ponerse los pantalones, lo que generó mucha polémica. Y efectivamente, llega en un minuto de tanta incertidumbre, tantos giros en algunas políticas emblemáticas, como la educacional, él habla como del horizonte del país. Ahora, una cosa es este minuto y otra que si quiere realmente lanzarse a una candidatura presidencial tiene que pasar por primarias. No se me ocurre que no pueda pasar por primarias.
– O sea, ¿no están los tiempos para que Lagos evite una primaria?
– No, que entre así como por el lado, no lo veo. Luego, va a tener que exponerse como líder que es, que tiene muchas cosas buenas, pero también cosas criticables. ¡Lo mismo le acaba de pasar a Bitar en la comisión asesora!. Entonces, tiene que estar dispuesto a eso, es un líder del pasado que puede mostrar una trayectoria de éxitos, pero también cosas que objetar.
– ¿Y ve al ex presidente Piñera como el candidato de la Alianza?
– Hoy es el mejor posicionado. También tiene mucho paño que cortar. Como dijo don Carlos Peña a él se le perdonan cosas que a otros no, la gente se hace ciertas imágenes y él, dentro de las expectativas que hay, no están seguramente la probidad, entonces, la gente le perdona más cosas.
“TODOS”: HACIA NUEVAS FORMAS DE ACUERDO
– ¿Cuál es la apuesta del movimiento “Todos”?
– “Todos” surge de un diagnóstico de un grupo de personas que ven con preocupación lo que pasa en la sociedad chilena, pero también con esperanza, muchos de los integrantes de este grupo están vinculados a emprendimientos sociales. Observamos que hay una brecha entre los ciudadanos y los políticos. Y lo que queremos es contribuir a ver cómo se cierra esa brecha entre representante y representado, que haya un mayor control del representante por parte del representado. También tratar de que las personas que quieran representar a otras puedan hacerlo y eso es muy interesante, porque esta es una herramienta de control que tienen los partidos que seleccionan a los candidatos, pero nosotros queremos generar primarias permanentes y que haya rotación. Como partido queremos que haya límite a los mandatos. Tercero, tenemos que tratar de traer la colaboración al mundo de la política, hay que generar nuevas formas de acuerdo, no los cupulares de los ’90. Hemos visto que si la colaboración funciona en economía, por qué no llevarla a la política. Entonces, queremos generar espacios en que la gente, aunque piense distinto pueda colaborar frente a un problema y encontrar una solución en conjunto. Porque además pensamos que si las personas se involucran en las soluciones, éstas serán más sustentables. Por eso, este es un partido donde todas las personas, no importa lo que piensen, son bienvenidas. Tenemos límite, nuestro sustrato es la democracia, la declaración universal de los derechos humanos.
Entrevista publicada en Diario Financiero 04/09/2015