Género y Nueva Mayoría
El aire novelesco de las vidas cruzadas de las dos candidatas que enfrentarán el balotaje presidencial, enmascara nuestra desmedrada situación en materia de representación política femenina. Ya antes de la elección asistimos a la disminución del promedio histórico de candidatas, que de 20%, bajó a 18,8%.
A renglón seguido, se conoció la versión 2013 del “Global Gender Report”, del Foro Económico Mundial, en el que Chile llegó a ocupar el nada honroso lugar 91 entre 136 economías. Las causas del derrumbe obedecen a los nulos avances en participación y oportunidades económicas, así como en empoderamiento político.
Los recientes resultados parlamentarios podrán ayudar a corregir lo segundo. En la Cámara Baja hemos pasado de 14,2% a un 15,8%, es decir, un aumento de 1,6%. Es importante hacer notar que de las 19 electas, 12 lo son en calidad de primera mayoría en sus respectivos distritos. En el Senado, el salto fue mayor: 5,26%. Al día de hoy, contamos con 18,42% senadoras. Sin embargo, como presencia no es necesariamente igual a representación sustantiva, habrá que ver si ponen su cargo al servicio de los derechos de sus congéneres.
La causa de las mujeres pierde a una luchadora, como Antonieta Saa, aunque resulta tranquilizador que Adriana Muñoz -también gran aliada- se mantenga, pasando ahora a engrosar las filas del Senado. De no mediar alguna fórmula que altere la actual lógica de avance por goteo, podría llegarse a la paridad legislativa recién en 2050, como ya aventuró alguna vez el Instituto de la Mujer.
Pero hay otras realidades de poder que parecen tanto o más esquivas a la incorporación femenina: 3% de los directores de empresas en Chile son mujeres, según Comunidad Mujer. Añádase que no hay ninguna gerenta, presidenta o directora de empresa en industrias como la minería, la salmonicultura y de celulosa. La brecha salarial asciende a 30% como promedio y, según la Fundación Sol, 27,5% de los 440 mil empleos femeninos creados en los últimos 36 meses, son por cuenta propia, personal de servicio doméstico y familiar no remunerado. En tiempos de crítica contra el sector empresarial, bien harían los principales gremios en revisarse en vez de llorar obstrucciones. La inclusión femenina conlleva múltiples bondades: desde un 34% mayor de rendimiento, hasta ambientes más cálidos, menor ausentismo laboral y mayor grado de compromiso con la empresa.
En este compás de espera que se vive antes del 15 de diciembre, si de algo hay claridad, es que quien reemplace a Sebastián Piñera enfrentará una revolución de expectativas que no se limita a educación, salud y seguridad, sino que también incluye este tipo de asuntos.
La Encuesta Humanas 2013 arroja que 87% de mujeres considera que nuestro país es machista y 71% que hay discriminación. La obtención de los quórums que hoy celebra la Nueva Mayoría se verá desafiada, sin posibilidad de mayores excusas, por asignaturas pendientes que constituyen una deuda de la democracia con las chilenas. Nos referimos a medidas de acción afirmativa para corregir la subrepresentación femenina como las cuotas, que reciben una aprobación del 70% según la Auditoría de la Democracia 2012, y una ley de aborto terapéutico.
Publicado originalmente en mi blog en “Voces” de La Tercera.