El análisis de María de los Ángeles Fernández: “Guillier no es Uber en política”
La docente y panelista de TV se pregunta si la Nueva Mayoría podrá converger sin tener nada que los obligue y sin elementos artificiales de por medio. Hoy solo son una APP: un acuerdo político programático.
María de los Ángeles Fernández, académica de la Universidad de Talca y fundadora del centro de pensamiento “Hay Mujeres”, vive la política y las elecciones “como si fuera un carrete”. Por eso vibra al hablar de lo que pasa en nuestro país y de un momento que limita sutilmente entre lo desconocido y lo predecible.
Con un acento español “chilenizado” luego de 31 años de residencia y de una crianza combinada entre el viejo mundo y Sudamérica, la analista lanza su postura en conversación con Cambio21. Para leer con atención.
“Accidentabilidad”
– ¿Qué podríamos esperar de la próxima elección? Hay mucho interés mediático y político, pero la gente se quedará en la casa y no votará.
– Será la elección más abierta en materia presidencial de toda la historia política reciente. Los datos del CEP lo ratifican, al igual que Cerc-Mori (alto porcentaje de indecisos). En un país ansioso de certezas esto es algo que perturba mucho, aunque creo que tenemos que acostumbrarnos a que la democracia sea el juego de la incertidumbre. Antes el sistema electoral era una cuestión absolutamente formal. Estaban los dos candidatos cantados que iban a salir. Predecible total. En cambio, ahora estamos como al borde de un precipicio y nos da susto.
– ¿Tanto así?
– ¡Si pues! Si en la anterior elección tuvimos nueve candidatos, ahora podemos tener más, porque las barreras para ser abanderado en Chile no son muy altas. El senador (Manuel José) Ossandón ya junté sus 35 mil firmas, ¡en una plaza! No es que haya recorrido el país. No. En una plaza las reunió.
– ¿La municipal es parámetro válido?
– Lo que sucedió en la municipal que puede mostrar tendencia para la presidencial, es que, como normalmente se dice, mientras más alternativas haya compitiendo y más tengamos para elegir, ergo, los electores se van a movilizar más y va a votar más gente. ¡Mentira! Tuvimos más candidatos que nunca y la abstención más alta de la historia. Por lo tanto, podría suceder lo mismo en 2017. Esto está muy abierto y con la posibilidad de que salgan abanderados que ni tu ni yo alcancemos a advertir. Recordemos que Michelle Bachelet surgió cuando se subió en un tanque y que Laurence Golborne se hizo famoso en la boca de una mina (San José). La política hoy día tiene más de accidentabilidad que en el pasado y hay que acostumbrarse a eso.
“Ni leyeron el programa”
– ¿Cómo ves a Ricardo Lagos tras los resultados que no fueron favorables para la Nueva Mayoría?
– Creo que el Presidente Lagos, no sé si le tocó tanto lo grueso, pero hay una cosa de tipo más afectiva, como lo fue la derrota de Santiago a manos de la centroderecha de su ahijada política, Carolina Tohá. Fue una cosa simbólica el cómo salió a “prestarle ropa” y apoyarla anímicamente, como también ponerse al frente de las huestes que se sentían derrotadas. Ojo que la batalla comunicacional triunfó la derecha, porque a nivel de concejales ganó la centroizquierda, que era uno de los indicadores que siempre se usan para medir el triunfo. Eso demuestra que el tema comunicacional funciona mal.
– ¿Qué viene ahora?
– Después de la derrota electoral, que no fue tan terrible como se expresó desde La Moneda, lo que viene es ponerle más pelos a la sopa y más elementos a un debate que está instalado desde el día uno en el conglomerado: o es una coalición de gobierno o una APP, un acuerdo político programático. Esta duda existencial, de ser o no ser, la tienen desde el primer día. Lo que pasa es que ahora es que se ha profundizado y se focaliza en la alianza DC-PC, como lo dijo sin escondrijos el senador Fulvio Rossi (PS) sobre si van a seguir juntos en estas condiciones. Ante esto, la pregunta es cómo podemos converger sin tener nada que nos obligue y sin tener elementos artificiales.
– Difícil.
– Pero eso significa sentarse y discutir, lo que nunca se hizo en esta pseudocoalición. Todo se armó a la rápida para recuperar el poder en torno a una figura, como fue la Presidenta Bachelet. En Alemania, basta ver cómo se formó la coalición que sustenta el gobierno de Ángela Merkel, con la CDU y la SPD. Ellos se sientan durante cuatro o cinco meses a conversar unos frente a otros negociando punto por punto. No esta cuestión de unos titulares de un programa de gobierno, que todos podemos suscribir, como cuando el senador Ignacio Walker dijo que “lo vimos por encima y ni lo leímos”. ¡Que ni lo leyeron! Por eso que hoy está muy situado el debate en torno a ideas primero y después personas. Hay que ver si eso se puede lograr.
In-out-outsider
– ¿Sería tan catastrófico que se acabe la política de alianzas como la conocemos ahora y que se formen nuevos cuadros políticos sin caer en los tres tercios de los años 60 y 70?
– Con el fin del binominal vamos a tener una política mucho más fragmentada, pero con una disputa entre dos expresidentes y el senador Alejandro Guillier como más competitivo, donde lo que me preocupa es el tipo de debate que se va a generar. No sé si será de futuro o de pasado. Lagos y también Piñera tienen la capacidad de proyectar hacia el futuro, pero como está cosa hoy me temo que será “tu hiciste el Transantiago” versus “tu hiciste el peor Censo de la historia”. Mucha recriminación. Pienso, por otro lado, que Revolución Democrática y el movimiento de Gabriel Boric no son nada nuevo bajo el sol. A mí me gustaría ver cosas más irruptivas. No hemos visto Uber en política todavía.
– ¿Guillier es medio Uber o no? Está en el tránsito hace muchos años, pero con un cartel sin recorrido.
– Él no es Uber en política. Guillier, si bien no tiene una trayectoria política partidista porque entra al Senado como independiente, quien le presta la ropa es el radicalismo, que es una entidad tradicional. Tampoco me parece que sea disruptivo. O sea, es una disrupción menor porque viene de afuera como un outsider, aunque en rigor es un in-out. Es decir, la gente no lo asocia a malas prácticas, pero igual está dentro del sistema político. Hay gente que lo compara con Bachelet, pero resulta que ella fue outsider porque logró situarse frente a los cálculos de los partidos. Era una mujer, que más outsider que eso, pero militaba desde los 15 años en el PS y era disciplinada.
Fuente: Cambio21 06/11/2016