La salida
PÁJAROS de mal agüero. Así se refirió la Presidenta Bachelet a quienes anticipan la regresión que podrían significar las reformas de su gobierno. ¿Cómo denominaría a quienes sospechan que, si a Chile no le espera un futuro mejor, no es tanto por causa de ellas sino por la respuesta dada a los escándalos generados por la relación entre el dinero y la política? Cada semana sale un nuevo personero al ruedo.Mientras algunos de sus pares se esconden, tratando de pasar desapercibidos, otros caen sobre el aludido, al más puro canibalismo político. Dado que el horno no está para unos bollos que permitan la reedición de compromisos cupulares como el pacto Longueira-Insulza por la crisis del MOP-Gate, se optó por crear una instancia de notables (Comisión Engel). Diligentemente, ésta elaboró una batería de recomendaciones orientadas a endurecer la legislación en materia de probidad y transparencia al tiempo que se espera que los tribunales hagan su trabajo. Pero ¿será ésta la estrategia que necesita la excepcionalidad del momento? Se incrementan las leyes pero cabe preguntarse si se revisarán otras que tienen flancos abiertos como la del lobby, tal como anticipa Eduardo Engel. Por otro lado, como advierte Max Colodro en este mismo diario, no es la ecuanimidad en el trato con todos los sectores lo que viene orientando el accionar de la fiscalía. En paralelo, un cierto populismo informativo mezcla peras con manzanas, metiendo en un mismo canasto a imputados, formalizados y declarantes. Con ello, se alarga la sombra de la desconfianza y se pavimenta la pendiente por la que se desliza el que nadie, en su sano juicio, quiera tener relación alguna con la política.
Anticipando que todo esto no incuba nada bueno, figuras como el ex contralor Ramiro Mendoza y el actual presidente del Senado Ricardo Lagos Weber han ensayado propuestas a pesar de la rigidez del presidencialismo. La primera estribaría en una delación compensada de la política, desestimada sin mucha cavilación como un perdonazo. La segunda supone impulsar mecanismos que faciliten la expresión ciudadana para canalizar los conflictos. Todo un desafío habida cuenta de que el afán por participar es más declarativo que real en el contexto de un proceso constitucional en curso que, para el ciudadano de a pie, no es tema.
El país enfrenta una crisis de la política la que, pese a su desprestigio, vale la pena recordar que no es cualquier actividad. Como señala Freund, tiene un rol tutelar, creando las condiciones que permiten que otros agentes y ámbitos, incluyendo el mercado, se desarrollen según su particular genio. ¿De verdad piensa alguien seriamente que Chile puede acometer el desafío de la productividad mientras se mantenga secuestrado por la sospecha? Aunque contraviene un espíritu retaliador dominante contra la elite y sería visto como dilución de responsabilidades individuales ¿por qué no pensar en un Fuenteovejuna? Nos referimos a un paso al frente que suponga, por parte de políticos y empresarios, el reconocimiento de haber formado parte de un sistema, sea con aviones, universidades (como la agonizante Arcis) o con boletas.
Publicado en La Tercera el 24/03/2016