El poder en 2015 según cinco empoderadas
La ingeniera comercial Drina Rendic, la periodista Karin Ebensperger, la analista política Ángeles Fernández, la historiadora Patricia Arancibia y la directora de empresas Karen Poniachik apuestan por las tendencias en el mundo del poder para el año que comienza.
Para la analista internacional Karin Ebensperger, los personajes de este año están estrechamente ligados a los tres temas esenciales que, según señala, marcarán la agenda: el terrorismo, la inmigración –“es probable que en Europa crezca la tendencia hacia partidos más nacionalistas” – y la economía.
“Occidente por fin reconocerá que el horroroso terrorismo de grupos radicales islámicos no puede ser combatido con invasiones militares, como se demostró en Irak y Afganistán. La clave es relacionarse con los sectores moderados mayoritarios en el Medio Oriente y ayudarlos a que ellos triunfen sobre esa violencia extrema que los propios pueblos rechazan”, señala la periodista. Para este tema y en los muy relevantes petróleo-energía-economía, indica, “serán fundamentales Barack Obama, Vladimir Putin, el nuevo monarca saudí Salman Bin Abdulaziz y el gobernante chino Xi Jinping”.
Ebensperger, en el plano de la economía, apunta a Angela Merkel: “Seguirá siendo relevante y la pregunta es si flexibilizará su política de austeridad. La otra cuestión asociada es si algunos países como Grecia y su nuevo gobernante Alexis Tsipras aceptarán que el gasto estatal tiene límites”.
La alemana y el griego son dos de los personajes que más se repiten entre las consultadas. “Merkel seguirá defendiendo la sensatez en la Comunidad Europea”, indica la historiadora Patricia Arancibia. La secunda la ingeniera Drina Rendic: “Continuará siendo relevante por su indiscutible papel a la cabeza de la Unión Europea que está lentamente recuperándose gracias a Alemania”.
La analista política Angeles Fernández también apuesta por la influencia de Alex Tsipras, junto con Pablo Iglesias –el líder de Podemos, en España–, Vladimir Putin y el Papa Francisco, que es otro nombre que se repite entre las consultadas. En el marco de “los insensatos líderes de los partidos antisistema en Europa”, la directora de empresas Karen Poniachik nombra a Tsipras junto a Marine Le Pen, Nigel Farage y Weert Gilders.
Otra mujer que acapara las menciones es la estadounidense Hillary Clinton. “Estará cada vez más vigente en su campaña para ser nominada por los demócratas”, señala Drina Rendic. También se repite un hombre: Fidel Castro. “Si es que muere —lleva ya varios años en esta lista de eventuales fallecidos—, lo interesante es ver qué representante de Estados Unidos asistiría a su funeral”, dice Poniachik.
Entre los mencionados además se encuentran el Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, la jefa de Estado de Argentina, Cristina Kirchner –“por mostrar al mundo cómo convertir países ricos en países pobres”, dice Arancibia– y nuevos personajes del extremismo islámico. Angeles Fernández, en un listado alternativo, nombra a un grupo de mujeres destacadas por la revista Nature como las científicas más prometedoras.
¿Cuál va a ser la figura política que va a emerger en Chile?
Esta pregunta casi se declara desierta. Las consultadas en su mayoría no visualizan nombres que remuevan el panorama político local.
“Una figura política, entendida como tal y de la talla de Michelle Bachelet, no va a emerger en el mediano plazo. Lo que vemos son personajes políticos, en su mayoría hombres, que vienen en carrera hace tiempo pero que no tienen su talla ni talento político”, señala la analista política y presidenta de Hay Mujeres, Angeles Fernández.
Para la directora de empresas Karen Poniachik, “más que emergiendo, veo a muchos sumergiéndose ya sea por voluntad propia o porque le pasan la retroexcavadora por encima”. Aun así, en el gobierno ve perfilándose muy bien a Alvaro Elizalde, Javiera Blanco, Ana Lya Uriarte y Francisco Javier Díaz. En el Congreso, mira con atención a Carolina Goic y Gabriel Silber.
Para Drina Rendic, “Andrés Velasco no ha muerto ni con los 20 millones de disparos”. Pero lo que predomina es la incertidumbre y lo explica la periodista Karin Ebensperger al responder sobre la figura política que va a emerger este 2015: “Imposible saberlo, hay un ambiente enrarecido. Con una oposición tan desdibujada y una coalición gobernante tan empoderada y con mayoría en ambas cámaras, se requiere de una figura capaz de dar equilibrio político al país y no la veo surgir por el momento”. La apoya Patricia Arancibia: “La carencia de liderazgos es casi patética”.
¿Conoce a algún autor al que haya que ponerle atención este año porque podría encender el debate como lo hizo Thomas Piketty en 2014?
Las respuestas son variadas, pero al menos dos de las consultadas señalan el revival de nombre: el politólogo estadounidense de origen japonés Francis Fukuyama. Lo nombra Drina Rendic —“parece que está resucitando”—, y Karin Ebensperger: “Vendrá a Chile este año. Su último libro El Origen del Orden Político creo que será influyente. Es un pensador profundo que ve al ser humano en su dimensión política, social, económica e histórica para explicar la evolución de los pueblos”.
A la historiadora Patricia Arancibia le gustaría que “apareciera un buen filósofo-político al estilo Raymond Aaron Berlin que hiciera pensar a Occidente”. La analista política Angeles Fernández señala que “en el campo de la literatura, pero sobrepasándola, es indispensable estar atentos al escritor Michel Houellebecq”. La directora de empresas Karen Poniachik dice que sería bueno mirar con atención a su amigo David Rothkopf, editor general de Foreign Policy, especialista en relaciones internacionales: “Acaba de publicar el libro National Insecurity, sobre la creciente vulnerabilidad geopolítica y económica de Estados Unidos. Quisiera resaltar que es uno de los intelectuales que ha adherido a la campaña No to all-male panels, que apunta a no participar en seminarios y conferencias en los cuales no inviten a mujeres a exponer”. Y hace un llamado a los hombres de este país: “Ojalá los economistas, empresarios, intelectuales y opinólogos chilenos se embarcaran en un proyecto similar”.
¿Cuál será el camino de Cuba después de los acuerdos históricos alcanzados con Estados Unidos?
Patricia Arancibia. “Costará mucho su inserción en un modelo político y económico desconocido por varias generaciones”.
Para la periodista Karin Ebensperger, “los hermanos Castro, en el poder hace 55 años, tratarán de salvar su retórica y seguirán hablando de revolución socialista mientras le abren aún más las puertas al dólar. A todos, incluido EE.UU., les conviene una transición suave en la isla para que no ocurra un flujo masivo de emigrantes. Para mí, el régimen cubano es un resabio del loco e ideologizado siglo XX. Un anacronismo”.
La ingeniera Drina Rendic apunta al peso de la libertad: “Es demasiado rutilante”, dice. “Será un avance lento, pero la influencia de la prosperidad y oportunidades de EE.UU. marcará a los cubanos a fuego y su ideología se derrumbará eventualmente”. La analista política Angeles Fernández también pone énfasis en el proceso de apertura: “Avanzará a una progresiva liberalización en todos los campos, aunque ésta no será el todo lineal. Incluso en el ámbito económico donde quizá la jerarquía cubana quisiera mantener un cierto control con un sistema híbrido, será difícil que lo logre”.
La directora de empresas Karen Poniachik hace mención a los dos caminos que La Habana tiene por delante: “El chino, que conlleva una transición hacia un sistema capitalista en donde el partido mantiene el control del sistema político (el problema es que China no tiene a Estados Unidos a la vuelta de la esquina y a una comunidad de exiliados de varios miles de personas que aspira influir en el proceso). Y el de la ex Unión Soviética e intente una reforma gradual (Glasnost más Perestroika a la vez)”.
Y esa opción, ¿es posible? “Esa opción es riesgosa”, dice Poniachik. “Hay que estar atentos a lo que vaya ocurriendo. Lo que sí espero es que Varadero no se convierta en algo similar a Punta Cana, Playa del Carmen o Cancún. Más que turistas, preferiría ver un intercambio bilateral de estudiantes, científicos, académicos e intelectuales”.
¿Cómo ve el gobierno de Bachelet para este 2015?
La directora de empresas Karen Poniachik enumera los problemas que, según analiza, deberá enfrentar la administración de Michelle Bachelet en los próximos meses: “Bajos precios del cobre, agudización de la sequía, confusión y enredos en la Operación Renta 2015, creciente congestión vial (con el consecuente fortalecimiento del aún no creado grupo de conductores furiosos, al que me afiliaré), avance en el proceso de desindustrialización que vive el país desde hace años”. En la misma línea, Drina Rendic indica “para evitar que el país ruede por la pendiente de la corrupción acelerada, es clave limpiar el sistema de financiamiento de la política, en todos los sectores, a través de una ley de financiamiento de los partidos”. “Otro tema fundamental en la lucha contra la corrupción”, señala la ingeniera, “es que la Ley de Lobby, recientemente aprobada, no se jibarice con propuestas del Ejecutivo como las que hemos visto últimamente”. En cualquier caso, Drina Rendic apunta a un aspecto en el que coincide la mayoría de las entrevistadas: la fortaleza que tiene Bachelet. “La Presidenta tiene mucho tiempo todavía. Está sacando sus reformas, está contenta y confía en que más adelante en su mandato cosechará más triunfos y subirá su popularidad. No se ve muy preocupada y menos ahora que aumentó varios puntos debido a la debacle del Caso Penta”.
La periodista Karin Ebensperger señala que “avanzar en tantas reformas, aprovechando su mayoría en el Parlamento, viene ahora una etapa de consolidación. El gobierno potenciará la comunicación para fidelizar a la población con estos cambios, algunos poco comprendidos y mal explicados”.
Para la analista política Angeles Fernández, “la prioridad es el convencimiento de que debe hacer algo para evitar que la desigualdad impida un desarrollo sustentable. Más que cautelar su popularidad, parece decidida a poner su capital político al servicio de esta causa. El gobierno se ve más afiatado y, salvo casos puntuales, se mantendrán los ministros de las carteras más relevantes”. ¿Y el cambio de gabinete? “La Presidenta no cedió a las presiones de los partidos para cambiar su equipo cuando éstas arreciaron, lo que es un indicador de su poder: ella maneja los tiempos”, señala Fernández.
Publicado en Revista Caras